¿Puedo saber si los demás me han
hecho como soy? ¿Sería distinta si no conociera a la gente que ha ido pasando
por mi vida? Estoy segura de que si empiezas a preguntarte este tipo de cosas
delante de la gente, te empezará a recomendar libros de autoayuda para superar
la depresión de caballo que pensarán que tienes.
¿Implica entonces el mensaje de
la pregunta el que necesitemos de los demás para ser felices? ¿Sufrimos acaso
el “síndrome de los seres queridos”? Haciendo este ensayo no quiero caer en lo
que normalmente suelo escribir, pero por más que intente refrescar mi estilo,
mi mente a veces demasiado oscura y recargada creo que me lo impide. Con todo esto
surge además: ¿Qué sería de nosotros sin los demás? El todo es más que la suma
de las partes. Punto en favor de la dependencia ajena para nuestra realización
personal.
A mi entender, hay dos respuestas
rápidas a la pregunta: SÍ Y NO.
SÍ:
Al decidir un sí rotundo, se confirma con la teoría de que desde nuestro
nacimiento ya nos vemos rodeados de personas que nos encauzan por un
determinado camino hasta que somos medio conscientes de lo que hacemos. La primera “manipuladora” de nuestro ser es,
obviamente, nuestra madre, quien nos inculca valores a su parecer buenos, para
que los aceptemos y sigamos para convertirnos en buenas personas, pero, ¿Qué es
lo realmente bueno? ¿y si nos enseñaran que, por ejemplo, matar está bien? ¿Somos
acaso peores personas por ello? Creo que no, simplemente la concepción que
tenemos de lo bueno y malo cambia. Volviendo a la pregunta;
Otra manera en la que se ve que efectivamente nosotros dependemos de los demás
para actuar, hablar, vestir e incluso pensar de una manera u otra. La zona
geográfica donde nazcamos o las amistades que decidamos tener influirán en
nuestro posterior desarrollo como persona. Por suerte o por desgracia, esta
regla no se cumple al 100%, el ser “uno mismo” se rige por poder tomar tus
propias decisiones, no sucumbir a la presión de grupo. Se podría decir que el “yo” se va
formando con cada pequeña aportación que
las personas van dando hasta conseguir un “yo completo”.
NO:
Ahora decimos que no dependemos de los demás. ¿Por qué? Si dependemos de los
demás será porque no tenemos identidad propia para tomar nuestras decisiones.
Tu identidad nunca se forma si no que copias la de los otros. Creas unos
modelos, unas pautas, que cuando se salen de la zona de control, hacen que
pierdas el sentido. En la búsqueda de ti
mismo pierdes lo que eres por lo que quieres ser, y no acabas siendo ni lo uno
ni lo otro. Por eso mejor seguir “nuestros instintos” para hacer lo que nos
gusta y no lo que LES gusta. Se puede ver
como que eres un incordio para la sociedad si eres una lapa constante que no
tiene independencia para hacer las cosas.
No aceptas la condición de el mundo no va a resolverte los problemas.
Creo que aún revocando la
afirmación de que sí necesitamos de los demás, pareciendo que son prescindibles, no nos damos cuenta de que no lo son, me explico, ¿quién nos va a ayudar a decicir entonces si vamos bien o no con
el rumbo que tomamos?, es cierto que luego tú decides si cambias o permaneces
igual, pero si no tienes a nadie que te lo recuerde de vez en cuando, ¿cómo
tienes la certeza de que estás haciendo bien, y de que verdaderamente eres tú y
no otro?
La identidad es algo que sólo uno
puede conocer, la gente que pasa por tu vida aportará su granito de arena, las
experiencias también tomarán su parte importante para crear un “yo mismo” pero es la gente la que nos eleverá a nuestra
mayor potencia.
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